María Zambrano nació en Vélez-Málaga (España), el 22 de abril de 1904. En 1909, tras una breve estancia en Madrid, la familia se trasladó a Segovia, y allí pasó su adolescencia. Se crió en un ambiente intelectual, siendo sus padres maestros. Además su padre fue fundador del periódico “Segovia” y de la revista “Castilla”, y amigo personal de Antonio Machado -hecho que tuvo una influencia fundamental en María. En 1921 inició sus estudios de Filosofía en la Universidad Central de Madrid, donde fue discípula de Ortega y Gasset y de Zubiri. En 1931, y hasta 1936, fue profesora auxiliar de la Cátedra de Metafísica en la Universidad Central.
El 14 de septiembre de 1936 contrajo matrimonio con el historiador Alfonso Rodríguez Aldave. Al ser éste nombrado secretario de la embajada española en Santiago de Chile, se fueron por un tiempo a vivir allí. En 1937, ambos regresaron a España, primero residieron en Valencia y luego en Barcelona. Su marido se incorporó al ejército, y María colaboró en defensa de la República como Consejero de Propaganda y Consejero Nacional de la Infancia Evacuada.
El 28 de enero de 1939 María Zambrano comenzó su exilio acompañada por su madre, su hermana y el marido de ésta. Estuvo en París y en Nueva York poco tiempo, y se dirigió a La Habana, donde fue invitada como profesora de la Universidad y del Instituto de Altos Estudios e Investigaciones Científicas. De ahí se fue a México, donde se la nombró profesora de filosofía en la Universidad San Nicolás de Hidalgo de Morelia, Michoacán.
En 1981 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, y el Ayuntamiento de su pueblo la nombró Hija Predilecta. Al año siguiente, la Junta de Gobierno de la Universidad de Málaga la nombró Doctora Honoris Causa. El 20 de noviembre de 1984, volvió a España, instalándose en Madrid. En 1987 se constituyó en Vélez-Málaga la Fundación que lleva su nombre y en 1988 le fue concedido el Premio Cervantes. Murió el 6 de febrero de 1991, en Madrid, y fue enterrada en su pueblo natal.
Considero que María Zambrano posee una inteligencia lingüística puesto que destaca en la escritura y narración de historias. A este tipo de personas les gusta leer, escribir y hablar. Con ello aprende mejor leyendo, escribiendo, escuchando, visionando palabras, discutiendo y debatiendo. Considero que esta inteligencia me parece muy útil puesto que nos puede ayudar a hablar y escribir correctamente.
“Sólo en soledad se siente la sed de verdad”
“El hombre es un ser escondido en sí mismo”
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