Para este tema he decidido realizar una introducción puesto que considero que de este modo se entenderán mejor todas las actividades que se realizaran en adelante. Así pues, este tema trata sobre el humor en la relación asistencial, es decir, como afecta el humor de los profesionales sanitarios a los pacientes. ¿Pero que es el humor? Desde mi punto de vista, el humor es el estado de ánimo de una persona con respecto a unas conductas. Creo que mi punto de vista se acerca a la dimensión comportamental (forma de manifestar nuestro sentido del humor en conductas).
¿Y con qué fin usamos el humor en la salud? De todas las finalidades creo conveniente destacar que con el humor podemos mejorar la relación profesional-sanitario lo cual nos ayudara a una aproximación paulatina a determinados temas difíciles de tratar mediante procesos de ayuda y sensibilización como si fuéramos psicólogos abriéndonos una nueva forma de comunicación. También tiene otros fines el humor puesto que este nos ayuda a liberar nuestras ansiedades y que en situaciones tensas se puedan interrumpir temporalmente gracias a él.
Asimismo debemos saber que existen diferentes tipos de humor. El humor evacuativo que se manifiesta de diferentes formas (bromas y risas frecuentes; dificultad para diferenciar y mantener la risa y los chistes en cualquier tipo de situación; el sujeto no es parte de la broma;…) y con un estereotipo en el que el chiste no tiene relación con la situación asistencial, tiene una utilidad dudosa en la entrevista clínica pero sirve como evacuación de la ansiedad de los profesionales fuera de la asistencia. Otro tipo de humor es el proyectivo cuyas manifestaciones son desde la broma, la risa y el chiste que se hacen a propósito por errores o defectos de otros (generalmente el paciente) hasta siendo el objeto del chiste los demás pero no el propio sujeto. Este humor tiene un estereotipo sarcástico (¡Que tontos, sucios, malos o burdos son los consultantes!) y su utilidad es escasa puesto que es negativo si se utiliza de forma que el paciente lo percibe y también para los profesionales. Y el último tipo de humor es el autoreflexivo o reparatorio en el que los motivos de humor o la broma incluyen al propio paciente o situación en la que está involucrado, adaptándose a las necesidades de la asistencia, mejorando la relación y estimulando la confianza mutua, siendo su estereotipo la bonhomía. La utilidad de este tipo de humor es importante porque como ya hemos dicho antes mejora la relación asistencial, afronta situaciones difíciles de la asistencia, nos ayuda a abrir nuevas vías de comunicación con el paciente, estimula las relaciones introyectivas en la relación (solidaridad, confianza, esperanza y contención) lo cual abre nuevas formas de pensamiento y trabajo en común. Así pues considero que el mejor tipo de humor es el autoreflexivo pero también el más difícil de aplicar desde mi punto de vista.
Cuando utilicemos el humor en el ámbito sanitario debemos examinar que recepción tiene, asegurarnos que este humor es compartido con el usuario, ser receptivo con el humor del usuario y dar oportunidades a la expresión del humor. Si queremos llevar el humor en nuestra vida social también debemos tener en cuenta estos puntos.
Así pues, y para finalizar, espero que esta introducción basada en los apuntes de nuestra profesora Fª Anaya, os haya abierto el apetito para saber más sobre el humor, a que esperéis ansiosos mis próximas entradas sobre este, y a que os informes por vuestra cuenta sobre él y lo apliquéis en vuestro día a día. El humor nos hace reír y la risa nos quita todos los males. ¡Riámonos todos para tener un mundo mejor!
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