lunes, 7 de noviembre de 2011

Los cuidados de enfermería y el sentido del humor

El artículo nos habla del humor, la risa, el optimismo, positivismo, y como esto afecta a la enfermedad o salud. Y es que aunque los estados de ánimo dependen de la herencia biológica, hay distintos aspectos que se pueden aprender y que ayudan a realizar el trabajo y permiten abordar el día a día con optimismo y humor. Como veremos más adelante, la risa interviene en el equilibrio biológico que condiciona el equilibrio enfermedad-salud. Como enfermeras, podemos ver la relación que existe entre esto.
Cuando hablamos de técnicas que nos ayuden a combatir estados de ánimo que nos generan malestar muchos acuden a yoga, clases de relajación,… pero lo cierto es que la risa y el sentido del humor nos ayudan a liberar las endorfinas cerebrales, las cuales combaten el estrés. Por lo tanto la risa tiene beneficios para la salud. El estrés  proviene de un exceso de competitividad con nosotros mismos y el estilo acelerado de la vida actual. En el ámbito sanitario, en cambio, es estrés proviene del pesimismo que tiene el paciente con su enfermedad. Por ello, es muy difícil que una persona enferma tenga humor o sonría puesto que la enfermedad es el déficit del bien más preciado por los humanos, la salud. Este pesimismo se vería reducida si de alguna manera se introdujera al paciente en la risa, ya que la risa ayuda a mejorar la salud.
Las enfermeras debemos encontrar la manera de hacer saludables y agradables las relaciones con los pacientes, puesto que es bueno para los enfermos como para los profesionales. Y es que como hemos dicho anteriormente, el humor es un buen antidepresivo y la risa es salud. Las enfermeras, además, cuando recogen datos para la historia clínica, sería interesante añadir a esta los datos de cómo  actuaria el paciente ante el humor, el positivismo y optimismo. Además, está demostrado que facilitar la empatía, la escucha activa y fomentar unas buenas relaciones ayuda a que la relación profesional-usuario sea efectiva.
Por último, para poder aplicar unas pautas a seguir con los pacientes, primero el humor se tiene que dar entre el quipo sanitario fomentando  y practicando  relaciones sanas, positivas, con sentido del humor, escucha activa, asertividad y empatía. Y para las pautas que aplicar en el paciente con el fin de obtener un cierto optimismo, van desde una fase de inicio (establecer empatía, adoptando posiciones de información desde lo positivo, ayudar a identificar lo que más preocupa del proceso) hasta las actuaciones concretas finales (reforzar progresos, animar a utilizar estrategias saludables para la vida cotidiana, evitar en el paciente sentimientos de culpabilidad,  enseñar técnicas de respiración y relajación, y facilitar y utilizar actitudes de escucha activa por parte de la enfermera). Estas habilidades, si se tiene interés en adquirirlas, se pueden aprender a través de la formación y el ejercicio. Así pues, mejoraremos aéreas  en las que nuestra inteligencia emocional esta débil para poder ayudar a los que nos necesitan.

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